A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 29 de agosto de 2014

Dejar fluir nuestros pensamientos como el agua fluye por el arrollo










Lo más dúctil de todas las cosas
domina a las más duras de ellas
Lo que no tiene sustancia penetra donde no hay espacio.
Por eso conozco el valor de la inacción.

Enseñar sin palabras
y actuar sin acciones
poco en el mundo pueden entenderlos
Así se comporta el maestro
Son escasas las personas
que obtienen la abundancia de este mundo.

Verso XLIII
De Lao Tse

Del libro de Dr. Wayne Dyer. NUEVOS PENSAMIENTOS PARA UNA VIDA MEJOR, de editorial Random House Mondadori, Barcelona, 2009.

Comentaremos este artículo que trata sobre el aprender a fluir,como el agua en un arroyo, suavemente, sin esfuerzo...

El Tao Te Ching estable muchas comparaciones basadas en la naturaleza y, de hecho, la esencia de sus enseñanzas está en ayudarnos a llegar a ser sabios taoistas mediante la unidad con el medio ambiente. El principio del verso XLIII me recuerda la manera en que se comporta el agua, su ligereza y su capacidad de penetrar por cualquier sitio, incluso cuando aparentemente no hay espacio para hacerlo. El agua se usa simbólicamente en muchas referencias al taoismo. Vivir la ductilidad es vivir el camino que sigue el curso del agua.

En este verso, Lao Tse nos invita a cambiar nuestra manera de ver la dureza. Para ti,el concepto equivale probablemente al de la fuerza. te entrenas porque cuanto más desarrollas tu musculatura, más fuerte crees que eres. ¿ Consideras que los diamante son más valiosos que un mineral blando, como la ceniza volcánica, que puedes desmenuzarla con las manos?. Quizás estés de acuerdo con la idea de que realizar una tarea difícil te hace mejor persona. imagínate que actúas como el agua, ese elemento básico que es pura expresión de la naturaleza (de hecho el agua ocupa el 75% de la superficie de la tierra y casi en una misma proporción forma parte de nuestro cuerpo). Piensa en el curso del agua, que fluye hacia los lugares más bajos, y no podemos cogerla con las manos sino que tenemos que relajarnos metiendo suavemente los dedos en ella.


Reflexiona sobre lo distinta que es el agua con respecto a la piedra y el mármol, a los que sin embargo, es capaz de erosionar.El agua con toda su ligereza , domina la dureza. Los grandes valles rodeados de montañas de granito han sido ¨esculpidos¨pacientemente a lo largo de los siglos, por ese paciente líquido en movimiento. Imagínate que puedes penetrar en donde no parece haber ningún espacio disponible y moverte lentamente, sin hablar, permitiéndote estar armoniosamente intacto mientras buscar un lugar más bajo, más discreto y silencioso...un lugar al que todos desearían estar contigo. Este es el camino del curso del agua.


Hay un valor en la inacción que implica ser capaz de fluir como el agua, naturalmente y sin esfuerzo. Cuando me meto en el mar para nadar por una hora, no puedo evitar pensar en esto. Me gusta ir a favor de la corriente en vez de nadar contra ella, así que lo primero que hago es mirar cuál es el curso del agua. Mientras me muevo por el mar, emulando su naturalidad, confío en mi instinto y nado sin interferir, esto es, moviendo mis brazos y mis piernas sin intentar golpear el agua, solo fluyendo con ella. Pienso en términos de hacer sin interferir; esto es, permito que mi cuerpo se impulse a sí mismo a través del agua sin indicarle cómo debe de moverse.Como he cambiado el concepto de lo ¨duro¨y lo¨blando¨, no tengo que hacer otra cosa que estar en el agua. He optado por convertir mi nado en el agua en una experiencia grácil y silenciosa que apenas requiere acción. Y así, ha cambiado lo que siento al nadar, pasando a ser algo fácil, alegre, y casi desprovisto de esfuerzo. He aprendido ¨el valor de la inacción¨, como expresa Lao Tse en este verso. ¡Actuar sin acción!.


Este principio de aprecia con claridad observando a los grandes deportistas cuando practican su especialidad. Los mejores golfistas tienen un swing que aplican con poco esfuerzo. Los mejores jugadores de beisbol corren, saltan, lanza la bola, la recogen y batean con una suavidad que deja estupefactos a la mayoría de los espectadores . No utilizan la fuerza ni pueden explicar con palabras cómo lo hacen. Los artistas con más gracilidad y talento, bailan sin esfuerzo, pintan tranquilamente, sin usar la fuerza, y escriben con facilidad, sin empeño, dejando que las palabras fluyan a él. Como Lao Tse nos recuerda, se trata de seres poco comunes que viven a la manera de un maestro. Estos ¨sabios¨obtienen la abundancia de este mundo, que también está a tu disposición.


Mientras pienso en los consejos de Lao Tse, veo que me está inspirando a animarte a aplicar el espíritu del camino que sigue el curso del agua:
 Introduce en tu vida el estilo dúctil del agua
Practica el camino de la inacción, de actuar sin esfuerzo. Si abandonas tu impulso interior de esforzarte verás que, paradójicamente, haces mejor las cosas que cuando te empleabas a fondo. En tu trabajo, hazte más tolerante a la hora de obtener logros, comportándote con actitud de ductilidad. Comprobarás que afluyen a tí nuevos clientes y mejores oportunidades. ¿ Por qué sucede esto? Porque estás permitiendo el flujo perfecto del Tao, como la gran garza gris deja que la marea se retire dejando al descubierto el alimento que necesita. Date cuenta de cómo cambia tu vida al cambiar tu manera de ver las cosas.
Actúas sin esfuerzo también en otros aspectos de la vida. Por ejemplo, algunos corredores de maratón cuentan que han aprendido a relajarse, dejando hacer a sus piernas, brazos y torsos, cuando sus cuerpos empiezan a llegar al límite del agotamiento, cerca ya del final de la carrera. Dicen que, cuando dejan de interferir, dando instrucciones a su mente, cruzan la meta como por arte de magia. La ductilidad siempre tiene su lugar, porque es el camino del curso del agua...el camino del Tao.

Permite que tus deseos fluyan libremente en tu imaginación

Examina lo que has querido tener en tu vida como si estuviera detrás de una puerta cerrada con candado. Piensa en lo que has estado diciéndote a ti mismo sobre la prosperidad, una salud de hierro, la buena surte, el éxito profesional, o una relaciones maravillosas, y en que por mucho que te hayas empeñado en conseguir todas estas cosas todo ha quedado en nada. Luego, imagínate deslizándote como el agua a través de esa puerta cerrada. Hazlo suavemente, con delicadeza y silenciosamente dentro de tu mente. En otras palabras, dedica algo de tiempo a acostumbrarte a practicar el Tao que sigue el curso del agua.
Cuando permitas que la suavidad forme parte de tu vida, el camino difícil se allanará. Empieza a ¨ejercitar la falta de esfuerzo¨en todo los aspectos. Según Ralph Waldo Emerson, ¨así actúa la inspiración, cásate con la naturaleza, no la uses por mero placer¨. te animo a que tengas en cuenta este matrimonio.

Practica el Tao ahora

Mantente en silencio un día, no hables con nadie, en vez de eso, limítate a observar y ve si puedes situarte en un estado de sosiego, sin decirte qué tienes que hacer, ni decírselo a nadie. Piensa con cariño en las palabras de Hermann Melville, que en una ocasión dijo que la única voz de Dios es el silencio.

Mira las cosas de esta manera en todos los sentidos: las tareas resultarán más sencillas, mejorarás tu rendimiento y dejarás de estar influido a ser mejor que los demás a base hacer mayor esfuerzo que ellos. Incorporarás de forma natural la sabiduría de la pacífica armonía de las artes marciales, dejando que los esfuerzos de los demás sean la fuente de tu poder. Tu suavidad dominará a la dureza de otros.

Como vemos, si observamos el discurrir del agua de una fuente pequeña, o de un riachuelo, veremos que lo hace constantemente, en forma silenciosa, e  incluso cuando el curso se amplia y da lugar a una especie de poza, aunque no lo veamos, el agua sigue fluyendo hacia abajo constantemente. En lo personal, he hecho el ejercicio de dejarme llevar por el movimiento del agua, sin esfuerzo, nadando sin casi mover mis brazos y piernas, y la experiencia es maravillosa, además de que sientes los rayos de sol sobre tu rostro y la brisa suave que viene del mar y que me acaricia... 

Como si los mundos se unieran, en paz, en armonía, sin apuros, sólo el mar, la brisa, y Dios a quien le doy gracias infinitas por permitirme disfrutar de esa fuente inagotable de energía, que es la luz solar, el mar, el aire y la tierra.

Gracias Dios mío por tantas bendiciones.


Que Dios nos bendiga a todos y que tengan un día maravilloso.


Mireya Pérez.




jueves, 28 de agosto de 2014

Hacerse Presente...







Siguiendo con el libro de Echart Tolle, TODOS LOS SERES VIVOS SOMOS UNO, de Editorial Random House Mondadori, Barcelona 2009. Hoy les voy a introducir en el capítulo sobre Hacerse Presente. espero que les ayude y sea de su agrado.

... Podemos aprender a no mantener vivas en nuestra mente las situaciones o los acontecimientos, y en cambio dirigir nuestra atención al prístino y atemporal momento presente, en lugar de dejarnos atrapar en película mentales. Entonces, nuestra misma presencia se convierte en nuestra identidad, no nuestros pensamientos y emociones.
Sólo la presencia puede liberarte del ego, y solo puede estar presente Ahora, no ayer ni mañana. Sólo la presencia puede deshacer el pasado en ti y así transformar tu estado de conciencia.
Mantente  alerta. Si hay conciencia en ti, serás capaz de reconocer la voz en tu cabeza como lo que es: un viejo pensamiento, condicionado por el pasado. Si hay conciencia en ti, ya no necesitarás creer en todos los pensamientos que pienses. Son pensamientos viejos, nada más. La conciencia significa Presencia, y sólo la Presencia puede disolver el pasado inconsciente que hay en ti.
Lo que en el Zen llaman satori es un momento de Presencia, una breve escapada fuera de la voz que está en tu cabeza, los procesos de pensamiento y su reflejo en el cuerpo como emociones. Es la emergencia de la espaciosidad interior donde solo estaba antes el alboroto del pensamiento y el tumulto de la emoción.
Para acabar con el sufrimiento que ha afligido a la condición humana durante miles de años, tienes que empezar por ti mismo y asumir la responsabilidad por tu estado interior en cualquier momento dado. Eso significa Ahora. Pregúntate: ¨¿Hay negatividad en mí en este momento?¨. Y entonces, ponte alerta, atento a tus pensamientos y también a tus emociones. Cuidado con la infelicidad de bajo nivel en cualesquiera de sus formas, como descontento, nerviosismo, hartazgo y cosas parecidas. Cuidado con los pensamientos que parecen justificar o explicar esa infelicidad, pero que en realidad la causan. Cuando te haces consciente de un estado negativo dentro de ti, eso no significa que hayas fallado. Significa que lo has conseguido. Hasta que se produce esa conciencia, hay identificación con los estados interiores, y esa identificación es el ego.
Con la conciencia llega la desidentificación respecto de los pensamientos, emociones y reacciones. Esto no se debe confundir con la negación. Los pensamientos, emociones o reacciones se reconocen, y en el momento de reconocerlos, la  desidentificación ocurre automáticamente. Tu sentido del yo, de quién eres tú, experimenta entonces un cambio. Antes tú eras los pensamientos, emociones y reacciones; ahora eres la conciencia, la Presencia consciente que contempla esos estados.
Mediante la conciencia, se despersonalizan las emociones e incluso los pensamientos. Se reconoce su naturaleza impersonal. Ya no existe en ellos un yo. Son sólo emociones humanas, pensamientos humanos. Toda tu historia personal, que en último término no es más que un relato, un puñado de pensamientos y emociones, pasa a tener una importancia secundaria y ya no ocupa el primer plano de tu conciencia. Ya no constituye la base de tu sentido de identidad. Tú eres la Luz de la Presencia , la conciencia que es anterior y más profunda que todos los pensamientos y emociones.
La negatividad no es inteligente. Es siempre cosa del ego.
Siempre que tu estado es negativo, hay algo en ti que desea la negatividad, que la percibe como agradable, o que cree que asi conseguirás lo que quieres. De no ser así, ¿quién querría engancharse a la negatividad, sufrir y hacer sufrir a otros, y  generar enfermedades en el cuerpo?. Así pues, cuando hay negatividad en ti, si puedes ser consciente en ese momento  de que hay algo en ti que obtiene placer de ello o que cree que sirve para un propósito útil, estás haciéndote directamente consciente del ego. En el momento en que ocurre esto, tu identidad ha pasado del ego a la conciencia. Esto significa que el ego se encoge y la conciencia crece.
Si en medio de la negatividad eres capaz de darte cuenta de que ¨en este momento estoy creándome sufrimiento¨, eso bastará para elevarte por encima de las limitaciones de los estados y reacciones egóticos condicionados. Ello abrirá infinitas posibilidades que llegan a ti cuando hay conciencia, otras maneras muchísimo más inteligentes de afrontar cualquier situación. Quedarás libre para deshacerte de tu infelicidad en el momento que reconozcas que no es inteligente.
Cuanto más pasado compartido hay en una relación, más presentes tenéis que estar; de lo contrario os veréis obligados a revivir el pasado una y otra vez.
Una relación auténtica es la que no está dominada por el ego con su creación de imágenes y su búsqueda de sí mismo. En una relación auténtica, hay un flujo hacia afuera de atención abierta y alerta hacia la otra persona, en la que no existe ningún deseo. Esa atención alerta es la Presencia. Es el prerrequisito para toda relación auténtica.
Cuando miras, escuchas,  tocas  o ayudas a tu hijo en una cosa u otra, estás alerta, en calma, completamente presente, sin desear nada más que ese momento tal como es. De este modo, dejas espacio al Ser. En ese momento, si estás presente, no eres un padre o una madre. Eres el estado de alerta, de calma, la Presencia que está escuchando, mirando, tocando, e incuso hablando. Eres el Ser detrás del hacer.
He estado hablando de esto refiriéndome específicamente a la relación con los hijos, pero, por supuesto, se aplica igual a todas las relaciones.
Hacer nunca es suficiente si descuidas el Ser.
La mayoría de los seres humanos solo ven las formas exteriores, sin ser conscientes de la esencia interior, de igual modo que no son conscientes de su propia esencia y se identifican sólo con su presencia física y psicológica. Pero cuando en tus percepciones hay cierto grado de Presencia,  de quietud y atención alerta, puedes sentir la divina esencia de la vida, la conciencia interior o espíritu de cada criatura, de cada forma de vida y reconocerla como algo de tu misma esencia y amarla como a ti mismo. 
Cuando trates con personas,  en el trabajo o en cualquier otro sitio, dedícales toda tu atención. Tu ya no estás ahí ante todo como persona, sino como un campo de conciencia, de Presencia alerta. La razón original para interactuar con la otra persona_comprar o vender algo, pedir o dar información, etc._ se convierte en secundaria. El campo de conciencia que se produce entre vosotros, se convierte en el propósito primario de la interacción. Ese campo de conciencia se convierte en más importante que la cuestión de la que estáis hablando, más importante que los objetos físicos o mentales. Ser humano se convierte en más importante que las cosas de este mundo. Esto no quiere decir que descuides lo que debes hacer en el terreno práctico.  De hecho, lo que se hace resulta no sólo más fácil, sino también más potente, cuando se reconoce la dimensión del Ser y se convierte en primaria. La aparición de ese campo unificador de concienciar  entre seres humanos es el factor más importante en las relaciones en el nuevo mundo.
El perdón surge de manera natural cuando te das cuenta de que  tus agravios no tienen más propósito que reforzar un falso sentido del yo, mantener al ego en su puesto. Ver es liberarse. La enseñanza de Jesús: ¨Perdona a tus enemigos¨, se refiere al desmantelamiento de una de las principales estructuras egóticas de la mente humana. 
Sólo existe un perpetrador de la maldad en el planeta: La inconsciencia humana. Comprender eso, es perdonar de verdad. Con el perdón, tu identidad de víctima se disuelve, y emerge tu verdadero poder, el poder de la Presencia. En lugar de culpar a la oscuridad, prende la luz.
Cuando estás conscientes, cuando estás presente en el Ahora, esa Presencia fluirá en lo que hagas y lo transformará. Habrá calidad y poder en ello. Estás presente cuando lo que haces no es ante todo un medio para conseguir un fin (dinero, prestigio, fama, triunfo), sino una satisfacción en sí misma, cuando hay alegría y vitalidad en lo que haces. Y por supuesto, no puedes estar presente a menos que te hagas amigo del momento presente. Esa es la base de la acción efectiva, no contaminada por la negatividad.

La base de todo lo que nos enseña este capítulo, se basa en dos elementos importantes: el perdón, y vencer el ego. Muchas relaciones personales y familiares se pierden y obstaculizan, cuando el ego interfiere, porque hace que la persona tome decisiones, de las cuales posiblemente se arrepienta después, pero el mismo ego, el pensar que el otro pensará que es un blandengue o sin personalidad (ego al 100%) hace que la relación se dañe o se rompa, y nunca se restablezca, porque el ego impide la aparición del perdón y la aceptación de la posibilidad de cometer errores de apreciación o de cualquier tipo. Dicen que no hay palabra mal dicha, sino mal interpretada. Y es cierto, a veces lo que escuchamos no es recibido en nuestra mente en el mismo contexto con el que fue dado. Se cometen errores de apreciación y hacemos de una mota de polvo, una bola de nieve gigantesca, capaz de destruir en un instante, lo que nos llevó años construir: la amistad, el amor, la confraternidad...

Volvamos a nuestra conciencia interior, y demos cabida en nuestras vidas al Amor en el gran sentido de la palabra, con el amor va pegado el perdón, la aceptación y la ausencia del ego. Se que no es fácil, que debemos trabajar duramente todos los días, para no dejarnos influenciar por ese pequeño demonio que está en nuestra mente y que nos hace creer que somos mejores que los demás,  somos iguales, pero a la vez diferentes y únicos, todos los somos, y esa es la gran maravilla de la creación de Dios.

Que Dios los Bendiga

Mireya Pérez.


 
 

lunes, 25 de agosto de 2014

Nuestro espacio interior...



Todos los días, al despertar y asomarnos a la ventana, posiblemente veamos hacia el cielo y la mayoría de nosotros le de gracias a  Dios por este nuevo día, otros ni siquiera notarán lo hermoso que amaneció, y sólo estará pendiente del reloj, de bañarse y arreglarse para ir a trabajar, dejar a los chicos en el colegio o ir al supermercado

Así que para ayudarnos en ese día a día, hoy he buscado apoyo en un libro de Eckhart Tolle, TODOS LOS SERES VIVOS SOMOS UNO, de Editorial Random House Mondadori, S.A. Barcelona, 2009. Y he escogido el capítulo que habla sobre El Espacio Interior. Espero que les guste y sea de mucha ayuda.

...Cuando la conciencia ya no está completamente absorbida por el pensamiento, una parte de ella permanece en su estado original, sin forma, no condicionada. Ese es El espacio interior.

La vida de la mayoría de la gente está llena de cosas en desorden: cosas materiales, cosas que hacer, cosas en que pensar. Su vida es como la historia de la Humanidad, que Winston Churchill definía como ¨Una maldita cosa detrás de otra¨. Sus mentes están llenas de una barahúnda de pensamientos, unos detrás de otros. Esta es la dimensión de la conciencia de los objetos, que es la realidad predominante para muchas personas, y por eso sus vidas están tan desorganizadas. Para que la cordura regrese a nuestro planeta y la humanidad cumpla su destino, la conciencia de los objetos debe estar equilibrada con la conciencia del espacio. El surgimiento de la conciencia del espacio es la siguiente etapa en la evolución de los seres humanos.

La conciencia del espacio significa que, además de ser conscientes de las cosas _ lo cual termina siempre reduciéndose a percepciones sensoriales, pensamientos y emociones _ , hay por debajo una corriente de conciencia. Esta conciencia implica que no sólo estamos conscientes  de las cosas (objetos), sino que también somos conscientes de ser conscientes. Si puedes sentir un estado interior de quietud y alerta en el fondo mientras ocurren cosas en primer plano, ¡ya está!. Esta dimensión está en todas las personas, pero la mayoría es totalmente inconsciente de ello. Yo a veces lo indico diciendo: ¿ Puedes sentir tu propia presencia?.

Tener conciencia del espacio, no solo significa liberarse del ego, sino también de la dependencia de las cosas mundanas, del materialismo y la materialidad. Sólo esta dimensión espiritual puede dar sentido trascendente y auténtico a este mundo.

Cuando dejas de estar completamente identificado con las formas, la conciencia_  lo que tu eres_ queda libre de su encarcelamiento en la forma. Esta liberación es la aparición del espacio interior. Llega como una quietud, una sutil paz en lo profundo de ti,  incluso ante algo aparentemente malo. De pronto hay espacio alrededor del suceso. También hay espacio alrededor de los altibajos emocionales, incluso alrededor del dolor. Y sobre todo, hay espacio entre tus pensamientos. Y de ese espacio emana una paz que no es ¨de este mundo¨, porque este mundo es forma y la paz es espacio. Esta es la paz de Dios.

Ahora puedes aceptar y disfrutar las cosas de este mundo sin darles una importancia y una trascendencia que no tienen. Puedes participar en la danza de la creación y ser activo sin apego a los resultados y sin pedir exigencias irrazonables al mundo: hazme completo, hazme feliz, hazme sentir seguro, dime quién soy. El mundo no puede darte esas cosas, y cuando ya no tienes esas expectativas, todo el sufrimiento creado por uno mismo llega a su fin. Todo ese sufrimiento se debe a una sobre valoración  de la forma y a no ser consciente de la dimensión del espacio interior. Cuando esa dimensión está presente en tu vida, puedes disfrutar de las cosas, las experiencias y los placeres de los sentidos sin perderte en ellos, sin apego interior a ellos, es decir, sin hacerte adicto al mundo.

Cuando se pierde o se desconoce la dimensión del espacio, las cosas del mundo asumen una importancia absoluta, una seriedad y densidad que en realidad no tienen. Cuando no ves el mundo desde el punto de vista de lo sin forma, se convierte en un lugar amenazador y, en último término, en un lugar de desesperación. Es lo que debió de sentir el profeta del Antiguo Testamento cuando escribió: ¨ Todo está lleno de fatigas, más de cuanto el hombre puede decir¨.

Descubre el espacio interior creando huecos en el torrente de pensamiento. Sin esos huecos, tu pensamiento se vuelve repetitivo, sin inspiración, desprovisto de toda chispa creativa, que es como sigue siendo para la gran mayoría de los habitantes del planeta. No tienes que preocuparte por la duración de esos espacios. Con unos pocos segundos basta. Poco a poco se irán haciendo más largos por sí mismos, sin esfuerzo por tu parte. Más importante que su duración es hacerlo frecuentemente, de modo que tus actividades cotidianas y tu flujo de pensamientos tengan espacios intercalados.

Se consciente de tu respiración. Observa cómo esto desvía la atención de tu pensamiento y crea espacio.

Nota la sensación de respirar. Siente el movimiento del aire entrando y saliendo de tu cuerpo. Percibe cómo se contraen y dilatan el pecho y el abdomen al inhalar y exhalar. Una respiración consciente es suficiente para crear un poco de espacio donde antes sólo había una sucesión ininterrumpida de un pensamiento tras otro. Una respiración consciente (dos o tres veces sería mejor), realizada muchas veces al día, es un modo excelente para aportar espacio a tu vida. Aunque estuvieras meditando a través de la respiración durante dos o más horas como hacen algunas personas, con una respiración basta para hacerse consciente de ello; en realidad, no vas a ser consciente de más. El resto es recuerdo o anticipación, es decir, pensamiento. Respirar no es algo que tu haces, sino algo que presencias mientras ocurre. La respiración ocurre por si misma. La lleva a cabo la inteligencia interior del cuerpo. Tu sólo tienes que observar cómo ocurre. La respiración ocurre por sí misma. Fíjate además en la leve interrupción de la respiración, particularmente en ese punto muerto después de exhalar, antes de empezar a inhalar de nuevo.

Siempre que estás molesto por un suceso, una persona o una situación, la verdadera causa no es el suceso, la persona o la situación, sino la pérdida de la auténtica perspectiva, que sólo el espacio puede proporcionar. Estás atrapado en la conciencia de los objetos, inconsciente del espacio interior intemporal de la misma conciencia....



Así que amigos y amigas, sólo tenemos que hacernos conscientes de nuestra respiración una o varias veces al día, para ir entrenando nuestro pensamiento a hacerle espacio a nuestro yo interior, si es posible, meditando, aunque al principio, nuestro cerebro es un gran saboteador, pero como verán en muchos autores renombrados como: Depra  Chopra, Og Mandino, Dr. Wayne Dyer, Paulo Coelho, etc., todos tienen en común: la meditación, el encontrase con el yo interior.

Que tengan un feliz día y que Dios los Bendiga.

Mireya Pérez



domingo, 24 de agosto de 2014

Abandonar la necesidad de controlar... parece difícil no?









Hoy buscando un tema para compartir con ustedes me he encontrado con este libro del Dr. Wayne Dyer. Nuestros pensamientos para una vida mejor, de la Editorial Random House Mondadori, Barcelona 2009; y al abrir al azar, cosa que suelo hacer con frecuencia, he encontrado este tema que me ha parecido interesante compartir con ustedes en el día de hoy:  Vivir según la Ley Natural y Abandonar la Necesidad de Controlar.

Quizás para algunos de ustedes sea algo nuevo, para otros sea un retrato fiel de una ¨manía¨ que tienen de poder controlar todo lo que está a su alrededor:  el trabajo y los subalternos, los hijos, el marido o la esposa, la nuera o el yerno, la casa y los que viven en ella, sean familiares o no, y un sin fin de etc.

Según Dyer Lao Tse nos habla desde hace 2.500 años sobre este tema en particular y dice asi:...

...Empieza un plan de renuncia , permitiendo que todo lo que forma parte de tu mundo y las personas que tiene que ver con él hagan lo que les corresponda según el orden natural. La renuncia es un proceso mental que implica dedicar unos instantes a detener tus juicios y frustraciones, y a hablar contigo mismo. Recuerda que debes dar un paso atrás y ser testigo en vez de protagonista, lo cual debes hacer dando cobijo al sentimiento que estás examinando. Invita al orden natural divino a ese refugio, permitiendo simplemente que tu sentimiento se desarrolle sin criticarlo ni controlarlo. de esta manera, te sitúas en lo esencial. Piensa que tu necesidad de controlar las cosas es como una señal que te indica que tienes que permitir que el Tao fluya libremente en tu vida.   Al principio puede que tu mente egoísta se burle abiertamente de la idea de que el Tao es la causa del perfecto desenvolvimiento de todo. Pero si tu quieres, te darás cuenta de la creencia de que el ego puede controlar la vida, no es más que una ilusión.

Intenta ser consciente de que hay un tiempo para cada cosa.

Cuando te encuentres ante una situación difícil, repite las palabras de Lao Tse. Yo lo hago cuando practico el yoga y me siento agotado de estar en la misma postura durante demasiado tiempo. En ese momento, me recuerdo a mí mismo:¨Hay momentos de agotamientos y momentos de vigor¨. El pensamiento me libera inmediatamente de las exigencias de mi ego, que me está diciendo: ¨No deberías cansarte tanto¨. Puedes hacer lo mismo en cualquier momento de la vida. El dolor, el sentimiento de pérdida, el miedo, el enfado e incluso el odio parecen desvanecerse cuando recuerdas que son parte del perfecto desarrollo de la ley natural. Pronto llegará el momento del consuelo, la paz y el amor.

Lleva a la práctica las enseñanzas de este verso del Tao Te Ching, componiendo unos textos a tu medida para después recitarlos cuando observes cosas desagradables tales como un crimen, una persona enferma de Sida, alguien que pasa hambre o una situación bélica. Intenta algo parecido a esto: ¨Si, al parecer hay un momento para estas cosas. He decidido no dejarme llevar por el rencor y la ira. Pero también deseo hacer algo ante estos hechos; este sentimiento también es parte del desarrollo de la ley natural. Voy a actuar de acuerdo con mi deseo de poner remedio a estas cosas. Permaneciendo en situación de paz interior y evitando los extremismos, influiré en el mundo de la misma manera que lo hace siempre el Tao, desde el amor y la bondad¨.

No es lo que ves a tu alrededor lo que te mantiene en contacto con el Tao, sino la comprensión de cómo actúa ese flujo interno. Como dijo Ralph Waldo Emerson: ¨El cielo actúa mediante átomos, nimiedades, borrachos. La brújula no es nada, el magnetismo lo es todo¨.

Practica el Tao ahora.

Busca algo en tu vida en lo que el control lo sea todo, y renuncia a él. Reprime tu deseo de intervenir, recordando que todas las cosas tienen su momento y que cada vez estás más decidido a observar tranquilamente los acontecimientos en vez de controlarlos.

Coloca este texto de Naomi Long Madgett en un lugar donde puedas leerlo, y acuérdate constantemente de tu deseo de vivir de manera natural:

Yo en tu caso no estaría tan pendiente de la planta.
Tantos cuidados y atenciones podrían hacerle daño
Deja que la tierra que has removido descanse
y espera que se seque antes de regarla.
La hoja tiende a buscar su propio camino,
deja que ella misma busque la luz del sol.

El crecimiento se atrofia si se prodiga en exceso
un cariño demasiado ansioso.
Tenemos que dejar en paz a las cosas que amamos.


Y qué es el Tao: Como lo define el Dr. Wayne Dyer...¨Es la realidad suprema y el origen omnipresente de todas las cosas. El Tao nuca empieza o termina, no hace nada, y sin embargo, infunde vitalidad a todo lo que hay en el mundo de las formas y los límites, al que suele llamarse ¨el mundo de las diez mil cosas¨.


En lo personal tratar de no controlar las cosas, ha sido beneficioso para mí, porque así puedo trabajar sobre mi ego, e impedir que trate de perfeccionar, lo que no puede ser de otra manera,  sino natural. Años atrás cuando veía que una persona no podía hacer algo, me inquietaba y sin querer se lo quitaba de las manos y lo hacía yo, comportándome de una forma agresiva... ahora trato de dar ese paso hacia atrás, mentalmente, y trato de observar la escena desde otro punto de vista, y así no me involucro... Todo tiene su tiempo y su espacio, y como católica y cristiana...¨ Los caminos del Señor  son perfectos y maravillosos¨.


Que Dios los Bendiga

Mireya Pérez




viernes, 22 de agosto de 2014

Caballo de Luna Blanca....






Hoy me voy a inspirar en una foto que encontré un día y guardé, porque tiene muchos significados para mí en lo personal, en lo espiritual y en el sentimiento más puro que un ser humano puede sentir que es el amor en el más amplio y generoso sentido de la palabra.

Caballo de Luna Blanca
caballo lleno de estrellas
caballo que surcas el prado
como salpicando estrellas...

Caballo con la casa a cuestas...
caballo de luna llena...
caballo que en noches oscuras
iluminas como estrellas...

Caballo que miras al cielo
buscando la estrella aquella...
y la doncella te mira...
aunque no te des cuenta de ella.

Caballo que cruzas el río
dejando la orilla aquella
buscando nuevos caminos
que te lleven hasta ella...

Si supieras cuánto amor
te tuvo la hermosa doncella
pero ahora están en planos 
de luz distante y serena...

Si volvieras a cruzar el mar
los caminos, y la sierra..
Caballo de Luna Blanca
la encontrarías mirando
siempre la misma estrella....


Con infinito amor, para todos los corazones, que Dios los Bendiga.

Mireya Pérez



jueves, 21 de agosto de 2014

El Manantial...









Hoy con mucho amor y respeto, quiero compartir con ustedes un poema de Anthony de Mello, S.J., de su libro El Manantial  (Ejercicios Espirituales), Editorial Sal Terrae, Santander 1984. España.

Busco las fuentes refrescantes,
vivificantes y saludables
que, al igual que mi cuerpo,
necesita mi espíritu constantemente.

Vuelvo de nuevo a sanar
- recupero otra vez mi propio yo-
en la soledad y el silencio.

Así pues, trato ahora de silenciar
mis palabras y mis pensamientos
tomando conciencia de los sonidos que me envuelven...
o de las sensaciones de mi cuerpo...
o de mi respiración...

Soy activado por el amor.

Y así recupero
y revivo
los momentos en que me he sentido amado,
querido y estimado...

Y me veo a mí mismo saliendo de mí
para amar a los amigos...
a los que están necesitados...
y a toda criatura viviente...

Siento que estoy vivo 
en los momentos de creatividad.

¿Cómo se expresa esto en mi vida?
La paz y la salud las recibo
de mis propias raíces en la naturaleza.

Evoco lo que sucede cuando me hallo en armonía
con la tierra y el cielo,
con los montes, los ríos y los mares...
y los múltiples aspectos
y las estaciones de la naturaleza...

Todo lo encuentro en la oración,
que es para mí fragancia y alimento,
hogar, escudo y medicina.

Evoco las distintas frases de mi oración:
los momentos de  desgarrado clamor...
los días de alborozado agradecimiento...
las épocas de quietud...
presencia...
adoración...

Y recito una plegaria, una canción o un poema
que estimo especialmente,
que deseo recordar toda mi vida
y que querré que pronuncien mis labios cuando muera...


Y yo agrego... 

Loado seas oh mi Señor,
por la Tierra, por los mares,
por los montes, por las nubes,
por la brisa, por la lluvia, 
por las plantas, por las flores,
por los animales, 
por el hombre y  por la mujer
por los niños y por la vida...

Loado seas oh mi Señor...

Nota: esta breve estrofa es un resumen de una canción franciscana, dedicada a nuestro Señor.


Que Dios en su infinita sabiduría y misericordia nos inunde de Paz, amor y comprensión, para poder perdonar y ser perdonados.


Que Dios los Bendiga


Mireya Pérez


martes, 19 de agosto de 2014

¿Cómo se puede matar el amor?...












A veces en la vida, en distintas partes a donde vamos o nos lleva la vida, encontramos casos de vivencias y experiencias humanas, que nos llenan de dolor por el otro o los otros, y entonces te preguntas ¿por qué han permitido ellos mismos que la situación llegue al extremo de no soportarse, y seguir bajo el mismo techo?.

Ahí donde en vez de reinar la alegría y la armonía, se siente el ambiente espeso, la sensación que sientes al cruzar el umbral es de desasosiego, y aunque las ventanas están abiertas, pareciera que ni el aire se quisiera mezclar con lo que reina de oscuridad en esa casa.

Y te entran unas ganas locas de salir rápido, de cumplir con la encomienda y volar raudo y veloz a un sitio donde oxigenar tus pulmones y darle gracias a Dios, porque pudiste salir rápido de ahí.

Ahora bien, cuando conoces a los personajes que forman parte de este cuadro de Amor-Odio, y sabes de primera mano, todo lo que ha ocurrido, te preguntas ¿ qué pasó? en qué momento todo se fue al garete y nadie tuvo la valentía de poner un hasta aquí, y lamentablemente la respuesta es sencilla, porque aunque infelices unos con otros, al menos tienen quien les lave la ropa y se la planchen y un plato caliente de comida que llevar a la boca... pero miras los ojos de esa persona y notas tanta tristeza, que el corazón se te encoge de dolor, porque debe haber y de hecho hay soluciones a todas las cosas, salvo a la muerte, que es el destino final de todos los que habitamos este planeta llamado Tierra.

¿Vale la pena vivir asi?, yo creo que no, porque a la larga sientes que en vez de una vida, tienes unos grilletes atados a los pies y las manos, y el antes jovial y buenazo de fulanito de tal, ya no es más que la sombra de sí mismo, y se refiere a los otros que comparten con él ese infierno personal, como los demonios...

Es en esos momentos cuando te das cuenta, de que por muchas vicisitudes que hayas tenido en la vida, has sido bendecido, porque aunque no tienes bienes materiales, tienes y brindas amor y calidad de tiempo, y hay alegría en tu hogar, humilde y sencillo, pero hogar al fin y al cabo, y el que llega a tu casa, se siente bien, y tu te sientes bien al atender al amigo o amiga, a los compañeros o compañeras de clase, a la familia, porque hasta tu perrita es un animal feliz.

Y entonces, cuando haces la comparaciones, que dicho de paso, no deberíamos hacer nunca, te das cuenta de que ellos decidieron matar el amor. 

Posiblemente hayan conflictos internos que uno no puede desvelar o que no entendemos, pero si sentimos mucha pena, porque sin quererlo, han destruido sus vidas, cuatro vidas, sin sentido, en aras de conservar lo único que los une y que también los separa, los bienes en común, y el qué dirán, que nunca traspasa su puerta. Porque nadie viene de visita, nadie los invita a sus casas, pero ellos tampoco invitan a nadie, y si la chica que limpia pudiera escoger otra casa donde trabajar lo haría, pero se hace la señal de la cruz al entrar, respira profundo, y sólo piensa en terminar de trabajar las tres horas contratadas y salir pitando de allí lo más rápido que puede, y cuando le ofrecen algo de tomar o de comer, dice que no, - muchas gracias señora, pero ya almorcé, muy amable-pero es que si comiera algo, se le atragantaría.

Limpia una casa donde hay una sala para recibir visitas, que nunca vienen; un comedor para hacer comidas especiales, que nunca se ha usado; habitaciones atestadas de muebles, que nadie ocupa, porque nunca viene nadie a quedarse y si lo hacen, se van al día siguiente alegando que un compañero los invitó a una excursión, y luego se despiden por teléfono. Un teléfono, al que nadie llama nunca...

La Fe mueve montañas, pero creo, con el perdón de Dios por delante, que ninguno de ellos reza jamás, que al contrario le echan todas las culpas, y que llevan muchos años juntos y están divididos en bandos, todos contra uno, y ese uno, es el más sufrido, el que una vez, se enamoró como loco y derribó y construyó todo lo que a su princesa le podía gustar, que le puso todo a sus pies y sólo pedía a cambio un amor sincero y puro, pero la princesa recorrió lo ofrecido y no le gustó, y empezó a mancillarlo, a ofenderlo, a menoscabar su valía, su autoestima, obligándolo a tratar de pasar fuera el mayor tiempo posible, pero no fue feliz, y ella tampoco, y los hijos menos, están a favor de la madre, porque es la que grita más duro, pero como Medusa, ha convertido en piedra el sensible corazón de aquel que se enamoró, y que muere lentamente cada día, pero tiene ganas de vivir, y espera que la salvación llegue el día menos pensado.

Quisiera que nuestras oraciones vayan a ese ser humano tan sufrido, y también  a la mujer y los hijos, para que sus corazones, vuelvan a latir, la esperanza es lo último que se pierde, y espero de todo corazón, que en algún momento, un ángel toque su alma y recapacite, todavía está a tiempo, siempre hay lugar para el amor, y el príncipe reviviría, si la princesa lo mirara alguna vez con un poco de amor.

No permitamos nunca que en nuestra vida ocurra algo similar, las posesiones materiales, los privilegios sociales, etc., no son nada, no te los llevas contigo cuando te vas, ¿por qué entonces haces daño con algo que es solamente transitorio?, porque la vida humana comparada con el Tiempo, sólo dura un instante, y debemos hacer que ese instante valga la pena haberlo vivido.

El Señor nos dijo: - Amaos los unos a los otros, como yo los he amado-.

Así que amigos y amigas, vivamos el amor en forma generosa, abierta, espontánea, sin hacer daño a nadie, con las manos abiertas y los brazos dispuestos para abrazar y brindar cobijo y afecto al que lo necesita, a veces, la tortilla se voltea y somos nosotros los que necesitamos ese afecto, seamos humildes de corazón y sean felices en el amor de Dios que todo lo puede y todo lo sana.


Que Dios los Bendiga.


Mireya Pérez





viernes, 15 de agosto de 2014

El poder transformador del amor.









De todos los sentimientos que un ser humano puede sentir en la vida, el más grande y poderoso es el Amor, en letras mayúsculas, porque no abarca solamente el amor entre dos seres humanos que se atraen y se convierten en pareja, sino que incluyen un abanico inmenso de diferentes tipos de amor, pero amor al fin y al cabo.

Amamos a nuestros padres y hermanos, es la primera enseñanza que recibimos, la importancia del hogar y la familia y si tenemos la suerte de pertenecer a una familia numerosa, las risas de los niños, primos y primas, será la alegría de los mayores, incluyendo en ellos a los abuelos, cuando se ha tenido la suerte de conocerlos y disfrutar de su afecto y de sus cuidados amorosos; nadie como una abuela para contarnos los distintos momentos y travesuras o sorpresas que les proporcionaron sus hijos mientras crecían, nadie come ellas para curar nuestras primeras heridas al caernos en el parque, con sus sabias palabras y su interminable: -sana, sanita, rana ranita, si no curas hoy, curarás mañana..-. o lo que yo le prometía a mi hija, cuando por alguna razón lloraba sin consuelo, y entregada a mis brazos, le prometía que si dejaba de llorar, lloraríamos las dos mañana, claro está que al día siguiente se le olvidaba por qué había llorado, y el momento de tristeza desaparecía por completo.

El amor entre hermanos, es algo que los puede unir para siempre, sobre todo cuando son varios, porque eso los hace unirse más, son los compinches, y el reservorio de algunos secretos, que no le contarían a nadie, y menos a los padres. Cuando se ha compartido litera con los hermanos o la habitación, todas las noches, pueden ser una fiesta de pijamas o una guerra de almohadas, y hasta que llega mamá avisando que era la última vez que nos mandaba a dormir, las risas se ahogaban, y todos felices, cada uno en sus propios pensamientos y sueños infantiles, dormiríamos cobijados y seguros, bajo el techo del hogar. No importa si el hogar era pobre o no, si se ha tenido la inmensa suerte de crecer en un hogar donde el amor es una constante vital, los niños llegaran a la adolescencia con pocos problemas, salvo la aparición de las espinillas, el cambio de voz en los varones, y el desarrollo femenino en las chicas. Pero aún así, siempre entre ellos, se irá estrechando más el amor fraternal, son los primeros amigos sinceros que tenemos y si Dios lo permite, llegarán a viejos y se contarán las anécdotas más alocadas, sorprendiéndose de la óptica con la cual cada uno vio el mismo hecho.

Cuando hacemos amigos o amigas, se crea también una relación de amor diferente, aquí interviene algo que se llama empatía, al conocer a determinadas personas, de repente sientes como si la conocieras de toda la vida, y posiblemente esta amistad, surgida de una tarde de Biblioteca, o de inicio de clases, la Universidad o reunión de amigos o colegas, perdure a través de los años, o sólo sea una amistad pasajera, porque después cada quien, como la vida misma, tomará rumbos distintos, sin embargo, recordaremos con afecto a aquel amigo o aquella amiga, que nos acompañó por X tiempo, y siempre el recuerdo será feliz, simplemente porque nuestro cerebro elimina las cosas malas o desagradables, y nos deja lo hermoso del tiempo compartido.

Amamos también a nuestras mascotas, independientemente de qué tipo de mascotas sea, una vez conocí a un jovencito que desde niño amaba a los animales, y por su casa pasaron tortugas, hamster, gatos, perros, pericos, canarios, y hasta un reptil, que fue sacado a toda prisa por la madre, que le puso un hasta aquí al futuro veterinario... Al principio no aceptó de buena gana la aparente discriminación de la madre, pero cuando ésta le explicó lo que significaría para sus otras mascotas la presencia, de este enemigo natural, supo que por amor a los demás, la postura de su madre no era arbitraria, sino más bien prudente, aunque a decir verdad, tardaría algún tiempo en comprenderla... lástima que en esa época no existía un National Geographic en la Televisión, porque ahí lo hubiera visto más claro.

Algunos llegamos a amar a la Naturaleza, y en medio de ella nos sentimos reconfortados, no hay nada como sentarse en la hierba recién mojada y acostarse y sentir como la energía de la tierra impregna nuestras células, o como a mí, que a pesar de mis años, me sigue gustando caminar bajo la lluvia, sobre todo cuando es de las que llamamos:- que no mojan, pero empapan- en ciertas partes de América se le dice - garuita- y si viene acompañada de una sutil brisa, más que mejor. Mi sueño de toda la vida desde niña era poder caminar por la playa, con los pantalones remangados, los pies descalzos, y un suéter o abrigo, con las manos en los bolsillos, y caminar bajo esa lluvia de final de la tarde, al empezar el atardecer...y un día cuando tenía 26 años, mi esposo se asomó al balcón del hotel de playa donde estábamos pasando unos días de vacaciones y me dijo, -anda vístete, que yo te cuidaré desde aquí... - decirles que fueron la media hora más agradable en mucho tiempo, me quedaría corta, y caminar sobre el césped descalza coqueteando con el rocío..., son esas pequeñas cosas que te hacen amar la naturaleza, y también respetarla.

Otro amor,o más bien un vicio, son los libros... no me canso de darle gracias a Dios por la dicha de poder leer y disfrutar de una lectura, se aprende tanto a través de ellos, y son tan útiles, no sólo para aprender y crecer, sino para evolucionar como seres humanos, a lo largo de la historia de la humanidad y cuando el hombre descubrió que podía a través de jeroglíficos, escribir y trascribir todo lo que acontecía, han pasado miles de años, pero en cada etapa de la historia de la humanidad, ha habido una serie de personas que se cuestionaban incluso su propia existencia, como Descartes- Dudo de todo,menos de mí, pues pienso, por tanto, existo-.La Filosofía, la Historia, la Sociología, las Artes en general... el ser humano ha llenado todas las bibliotecas del mundo con su ansia por conocer y ha transmitido su conocimiento a través de su legado en grandes obras literarias. A cada lector, seguramente le vendrán a la mente, los títulos de los libros que marcaron un momento de su vida... para mí, lo son los libros o novelas con base histórica, porque me motivan a buscar más información sobre la época en la que está situada la trama, el estilo de hablar, el lenguaje, el entorno, la forma en que lo describen, todo me hace meterme de lleno en el libro y posiblemente, me cause tal intriga que no duerma hasta haber leído el último párrafo o línea de ese maravilloso viaje a través de la literatura. El primer libro que causó en mí ese impacto fue Melissa de Taylor Caldwell, ella haría que tratara de encontrar toda su bibliografía, cosa que he hecho, aunque aún me faltan algunos, pero confío que llegarán en el momento preciso.

Del amor de pareja no voy a hablar hoy, es un tema que abarca muchos y hermosos matices, y merecen un tiempo más detallado, y quizás no sea yo la más indicada para hablar de ello, pero como a veces soy muy atrevida, a lo mejor en un momento agarro el tema y me embalo, quién sabe?.

El más importante de todos los amores, es quizás el Amor a Dios, en lo personal creo que, no importa el nombre que le des, si tienes Fe y obras según los mandatos o leyes de tu fe, te salvarás. Todas las religiones que conozco, se basan en tres principios importantes: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, y no mencionar el nombre de Dios en vano, es decir no maldecir o jurar en nombre de Dios. Las demás leyes, competen a la convivencia entre los seres humanos, de ellas no voy a hablar, todos conocen su religión y lo que en cada una de ellas se nos exige. Pero el amor a Dios, y el respeto a los demás, nos hace conscientes de nuestro papel en  el mundo, cada uno de nosotros tiene una misión en la vida, aunque algunos tarden más que otros en descubrir cuál es su propósito; todos venimos a aprender algo y todos, sin excepción venimos a enseñar algo. Y lo más importante, es que debemos tratar de cumplir con nuestro propósito, de manera que al partir, nos vayamos con el alma tranquila, porque habremos utilizados, todos y cada uno de los talentos con que Dios nos ha dotado, y podremos decirle al final: - Señor, aquí tienes el producto de lo que he hecho con los talentos que me diste- y seguramente al exhalar el ultimo suspiro, percibamos el aroma a rosas que acompaña al alma que ha cumplido su misión.

Que Dios los Bendiga y no se cansen nunca de amar.


Mireya Pérez