A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 27 de abril de 2016

Mi primer San Jordi...











La vida tiene sorpresas inesperadas a cada vuelta de la esquina o simplemente al abrir y cerrar los ojos... Todo cambia tan rápidamente que si no tratas de parar el tiovivo de la misma, pareciera que te lleva en volandas. Pues esas 24 horas del día traen cambios perceptibles e imperceptibles... Lecciones humanas que van dejando su huella indeleble en nuestra mente, cuerpo e incluso alma.

¿Cómo la vida te presenta sus enseñanzas?  A veces lo hace con lecciones escritas: libros, textos, periódicos, correos, etc.; otras, aparecen de repente situaciones que aparentemente no tienen explicación o simplemente son sorpresas que nos sacuden... Pero incluso, en los casos mas insospechados, aparecen de repente en nuestro universo cercano, las personas que nos darán lecciones valiosísimas para crecer como individuos y como seres humanos con un alma que nos habita.

Todo esto me ha sucedido montones de veces en mi vida, pero sobre todo, en mi último viaje a Barcelona, España, donde firmaría por primera vez mis libros en el marco del Día de San Jordi o Día del Libro.

Cuando has tenido un sueño por mucho tiempo, cuando has luchado, hecho sacrificios, te has esforzado y buscado las soluciones a tus propuestas, sabes de antemano que habrá que sortear escollos, imprevistos, tramos que no parecen sencillos, etc., pero al tener ese sueño como meta, haces todo lo posible por ir solucionando cada problema a la vez. Luego, cuando por fín llegas a esa meta imaginaria o no, te encuentras con algunas personas, que como tu, también han seguido tras sus sueños, y al compartir vuestras experiencias te das cuentas que incluso, para algunos, las pruebas a su tenacidad han sido más escabrosas de lo que pensabas podía suceder...

Entonces te das cuenta de que eres ¨un ser privilegiado¨, no porque seas mejor, ni mucho menos, sino porque la vida te ha guiado paso a paso, y tu andar ha sido más directo, como sincronizado, pero sobre todo, porque en tu camino han ido apareciendo las personas, maestros y amigos que han hecho de tu camino algo mucho más alegre, satisfactorio y verdaderamente humano.

Aunque mis libros tienen ya tiempo de haber sido escritos, el tiempo, que para mi es perfecto, pues es el tiempo de Dios, se ha dado en cada etapa, como debía ser, apareciendo en cada situación el ángel o persona que podía ayudarme, colaborar o hacer la crítica constructiva que necesitaba para llevar adelante mis proyectos, y éstos se han realizado en el momento que era adecuado, ni un minuto antes, ni un minuto después.

Crear, diseñar, pintar, escribir, etc., independientemente de la actividad que realicen, conlleva tiempo y esfuerzo, dedicación y creer en nosotros mismos, sin ello sería imposible, aunque a veces tenemos la suerte de contar con  personas que confían más en nosotros que nosotros  mismos. Cuando tienes ese soporte en tu vida, es algo maravilloso, pues sabes inconscientemente que ellos te apoyarán, incluso, en las horas bajas.

En este día memorable:  23 de abril de 2016, yo he dado un salto exponencial hacia mi futuro, he dejado de ser anónima, para emprender el camino de los que tienen un sueño y luchan por conseguirlo... No soy ilusa, este es sólo el primer gran paso, pero es una oportunidad que no tienen todos los que escriben, hay cientos de miles de personas que lo hacen, pero esta oportunidad me ha abierto la mente, me ha hecho entender y aceptar mi papel indiscutible, mi responsabilidad para con lo que he creado, sobre todo para con el mensaje que quiero y debo llevar y transmitir y no es más que:

Sí se puede

Queda mucho camino que transitar, estoy consciente de ello, pero tengo una familia que me apoya, que me aupa, amigas y amigos que creen en mí, gente que sin conocerme lee lo que escribo en este blog, por tanto, tengo y asumo con humildad y honestidad el rol que me he propuesto llevar adelante, el ser escritor o escritora, transmitir y compartir ¨la música que llevo por dentro¨y quizás volver a bailar, jajajaj, hace más de 20 años que dejé de hacerlo, pero debo rescatar esa parte de mi vida, en la que usaba mi voz para cantar, conversar, hablar y soñar; mis pies, para trazar no solo pasos de baile, sino el andar seguro y típico de la mujer caraqueña, con andar cadencioso, jajaja.

Sí puedo y lo estoy haciendo, seguiré llevando mis libros, mis escritos, mi experiencia humana y cercana, a todo aquel que se cruce en mi camino, o que la vida haga que nuestros destinos se paren en algún punto, pues sé que nada ocurre por casualidad, he constatado que cada persona a la que he llegado o que ha llegado a mi vida en un momento dado, tenía un propósito, el de aprender y enseñar, el de compartir y sentir, el de amar y ser amado, el de construir una amistad temporal o duradera, cada una de las personas que ha habido o que hay en mi vida, tienen una razón de ser, y yo estoy abierta al aprendizaje que conlleva ese encuentro aparentemente fortuito.

Gracias a Todas y Todos....

Que Dios nos bendiga cada día de nuestra vida.

Mireya Pérez


lunes, 18 de abril de 2016

Manantiales de Armonías: Las Águilas y su mensaje cifrado...

Manantiales de Armonías: Las Águilas y su mensaje cifrado...: No hay nada más majestuoso que ver a una pareja de águilas volar tramontando el viento al unísono como si fueran bailarin...

Las Águilas y su mensaje cifrado...








No hay nada más majestuoso que ver a una pareja de águilas volar tramontando el viento al unísono como si fueran bailarines en una pieza clásica de Ballet.

Ouk y Ouak son dos jóvenes águilas que han comenzado su travesía por la vida en pareja, aquella que durará  toda su vida. 

Ellos han estado muy ocupados acicalando el nido, preparando la llegada de los dos aguiluchos, pues Ouak ha puesto dos huevos, ellos los empollan por turnos sin dejar de cuidar y dar calor a los huevos, cuando uno de los dos sale a buscar alimento, el otro cubre con su cuerpo los dos huevos dándole calor, y así al regreso del compañero, se turnan para alimentarse.

Los días se suceden uno tras otro, y ahora, a mitad de la primavera, por fín Ouak siente debajo de su vientre, el movimiento de los cascarones, ella emocionada emite un graznido alertando a Ouk, quien se acerca en silencio y emocionado al borde del nido, allí los dos juntos, se paran para ver henchidos de emoción  y con embeleso el final feliz de esta etapa.

Sus aguiluchos emergen de sus cacarones, sanos, casi sin plumas, pero hambrientos, mientras los padres orgullosos se miran y a un gesto casi imperceptible, Ouk emprende el vuelo en busca de alimento para sus crías.

Durante un tiempo ambos se turnarán para cuidar a sus hijos, alimentarlos a través de su pico, cuidando siempre de que no se caigan del nido, ya que ellos habitan en las cumbres más altas, donde ningún humano u otro depredador pueda hacerles daño.

Pasará el tiempo y sus aguiluchos empezarán a tener sus primeras plumas y extenderán sus alas, tratando, sin éxito, de emular a sus padres. Pero Ouk y Ouak se miran y con la mirada lo dicen todo: ¡Qué orgullosos están!

Se acerca el momento de enseñarles a volar, los jovenzuelos se acercan al borde del nido con curiosidad y con anhelo, pero su madre con un graznido les advierte  y corren a esconderse.

Ellos también quieren volar, han visto a las águilas y a sus padres, y por ello sueñan con el momento en que, por primera vez, puedan lanzarse más allá del nido y sentir la libertad de volar.



Hoy ha llegado el día, el padre les da las últimas instrucciones y la madre con el pico los empuja hacia el borde del nido. Bouk que es el más temerario de los dos, ya se encuentra en el borde, listo a la primera señal de su padre, y por fín a un graznido de Ouk, el joven se lanza.

Su padre vuela cerca, como alerta, pero el hijo extiende sus alas y aunque al principio, la brisa que sopla le llega al rostro y lo desconcierta, apenas unos segundos después, retoma con firmeza sus ganas de volar y a pesar de no haber hecho un vuelo perfecto, llega al borde de un risco donde su padre le espera:

- Muy bien Bouk_ parece decirle el padre con un graznido. 

El joven grazna excitado, queriendo indicarle que se siente feliz. Su padre después de hacerle una caricia con el ala, como si lo abrazara, sale de nuevo en dirección al nido para ayudar al otro jovenzuelo.

Bouki mira hacia abajo y duda, pero de repente, un no se qué lo alienta y a la señal de su madre, da dos pasos y tras la sorpresa inicial, extiende sus alas y custodiado por sus padres logra llegar a donde su hermano lo espera.

Comenzará para los jóvenes la hermosa y maravillosa etapa en la que, gracias al amor y devoción de sus padres, aprendan a volar, incluso atravesando tormentas, pues son las únicas aves con esa capacidad, aprenderán todos los viejos y ancestrales consejos de Las Águilas: cazar, alimentarse, cuidar de los retoños, guiar a los jovenes y ser el referente de la comunidad de águilas.

También aprenderán a estar lejos de los hombres, que los persiguen y cazan sin piedad...

En la naturaleza salvaje, el águila es el ave más poderosa, con una vista prodigiosa, capaz de ver a su presa a distancias casi imposibles, pero ellas sólo cazan o pescan para alimentarse y alimentar a sus crías, no son crueles, sólo siguen el curso natural de la vida.


Este es para mí, el mensaje cifrado de las águilas:
  • En primer lugar, su capacidad para acompañarse el uno a la otra, durante toda su vida, son unos de los pocos casos de monogamia de las especies que habitan La Tierra.
  • En segundo lugar, su compañerismo y entrega.
  • En tercer lugar, su capacidad para entrenar a sus crías a volar, cazar y lograr así preservar la especie.

Quizás por ello, hoy en día, esta mujer que algunos conocen, siente que en su proceso de aprendizaje vital, se fue transmutando y adquiriendo la fortaleza, el ímpetu y la entrega de las águilas, por su familia, su estirpe y su especie.

Es un símil que utilizo muchas veces, pero creo, modestia aparte, que se asemeja mucho a mí.

Sé que este cuento ha sido algo largo, pero en realidad es sólo la primera parte de uno que estoy escribiendo, con amor e ilusión, espero que les haya gustado, si es así, agradezco sus comentarios.

Que Dios los bendiga todos y cada uno de los días de sus vidas y de la mía también.

Mireya Pérez


domingo, 17 de abril de 2016

La armonía de mi ser...









Muchas veces dentro de nuestro pequeño universo personal, nos empecinamos en sólo ver la forma, profundidad y perfección o no de nuestro ¨ombligo¨, y uso este símil porque nos acostumbramos desde niños, a solo ver aquello que nos ocupaba, sin mirar alrededor...

Para muchos incluso, es difícil entender que el universo sigue, aún cuando nosotros no estemos en él, sin haber fallecido o pasado de plano, sólo les es valedero sus sentimientos, sus acciones, y lo que les ocurre, y se lamentan, con razón o no, de todo lo que les ha pasado o pasa en sus vidas. Sin embargo, cuando en un momento dado, de forma casual, levantan la cabeza, descubren que más allá de ellos mismos, existe todo un universo de situaciones, personas y echos, que los dejará desarmados, para su bien, y que les llevará a ser más humanos, cercanos y humildes.

Aunque yo, en lo personal, soy un amujer sencilla, cercana y empática, tenía sin darme cuenta, ese ombligo emocional, que me hacía incapaz de entender y de aceptarme, a pesar de mis cicatrices, tanto físicas como emocionales. Hizo falta que me sumergiera en el mundo de las mujeres valientes y corajudas, para que valorara lo más positivo que hay en mí, yo misma. Les parecerá mentira, pero es así, yo me escondía física y espiritualmente del mundo, escondida en mi propio universo, y a pesar de que me comunicaba, había una parte de mi que se avergonzaba de sus cicatrices físicas, el sólo echo de ponerme ante un espejo y observarme era para mi algo casi imposible, diría que hasta aterrador...

Quizás se deba a que alguien, en algún momento me dijo que recordaba ¨lo bella que era¨, y me asusté, para mi, yo había dejado de ser bella hace mucho tiempo...Por supuesto me escondí, y no supe cómo contestar a ese halago espontáneo, de alguien que no me ha visto en sopotocientos años.

Quizás muchas de las mujeres que estén leyendo esto dirán que he sido ¨boba¨, quizás, pero me aterraba que alguien tuviera expectativas de algo que ha cambiado, para mejor, porque a pesar de que los años han hecho su trabajo, lo más relevante no es que sea una mujer elegante, esa elegancia irá conmigo siempre adaptada a mi edad, ni que sea o no bonita, lo realmente valioso en mí es mi carácter, mi entereza, mi capacidad de adaptarme al entorno, el amor que siento por la gente, por la naturaleza, la persona que soy en realidad.

Es en definitiva la magia maravillosa de haber vivido, a pesar del dolor, de los desencuentros, de la nostalgia, etc., la mujer que hay en mí es valiosa y digna de ser amada como soy, ni más ni menos.

Por ello hoy las exhorto a que se miren detenidamente en el espejo, no para ver sus imperfecciones, no, en absoluto, miren a la mujer que son, al ser humano valioso que está ante ustedes y amenlo, es el receptáculo de vuestra alma, es quien la transporta y el instrumento que les permite vivir y aprender cada día nuevas experiencias, conocer a personas maravillosas que se van presentando en su camino para evolucionar, para hacerlas mejores, no sólo como personas, sino como almas con experiencia humana.

Dentro de la imperfección que puedan tener o conocer, hay un mensaje para auparlas y hacerlas evolucionar, en perfecta armonía. A veces hace falta un tropiezo para aprender una gran lección, y al superar los escollos que hemos superado, nos hemos dado cuenta de lo importante que es el Hoy, ayer ya pasó, se fue con nuestros pesares, nuestros desaciertos, con todo lo que sufrimos... Pero el Hoy nos presenta grandes oportunidades, y sabiendo lo valioso que es  este momento, no lo vamos a desperdiciar, incluso algunas han hecho de esta singladura su particular modo de lucha, de trabajo hacia los demás y su entrega para sanarse y ayudar a sanar a otros.

Seamos amigas el amor en acción, la alegría, la esperanza, el espejo hermoso en el cual reflejarse, el modelo de actitud ante la vida, el consuelo para aquellas que están transitando esa cuesta de espinas, sabiendo que lo hemos superado y que podemos ayudar a otras a superarlo, en perfecta armonía entre lo que somos, sentimos y hacemos.

Hoy me siento así, en perfecta armonía entre mis sentimientos, mis recuerdos y mi presente, sabiendo que tengo por delante todo el tiempo del mundo, para compartir, para aprender y para enseñar, para amar y ser amada, por mi misma, a la mujer que soy hoy, que es la realmente verdadera.

Dios las bendiga a todas y cada una de ustedes por estar en mi vida, por enseñarme lo valiosas que somos, por confirmarme en mis propósitos, por entenderme y apoyarme en los momentos bajos, por brindar ese hombro donde llorar, pero también las palabras para recapacitar y emprender la marcha de nuevo, a mi ritmo, sin tratar de cambiarme, aceptándome tal y como soy. Un millón de gracias!!!!

Mireya Pérez



lunes, 11 de abril de 2016

Manantiales de Armonías: En recuerdo de mi madre...

Manantiales de Armonías: En recuerdo de mi madre...: Qué podemos decir los hijos de una madre, sobre todo de la nuestra, generalmente todas las palabras de elogios son pocas, pero hay madre...

En recuerdo de mi madre...


Qué podemos decir los hijos de una madre, sobre todo de la nuestra, generalmente todas las palabras de elogios son pocas, pero hay madres de madres, y la mía ha sido y fue muy singular.

En primer lugar, porque al quedarse viuda con 40 años, agarró y se ciñó bien ajustados los pantalones, y a fuerza de hilo y aguja, nos sacó adelante, teníamos apenas 15 y 11 años, y de repente, la casa que siempre estaba llena de amigos y conocidos, se llenó de soledad, pero sí abundó el trabajo, mamá se hizo sus clientas poco a poco, con cariño, con tesón, con mimo, con esfuerzo, ¡cuántas noches cosiendo hasta las 11 o 12 de la noche!, ¡cuántas madrugadas frías, cosiendo o pespuntando un traje!, los días más ajetreados, eran los de las citas para probarse, pues mamá cocía a las medidas de sus clientas, así que los vestidos, pantalones, chaquetas y trajes de fiesta, quedaban hechos como un guante. Los viernes y sábados era un frenesí de entregas, y cuando la cosa aflojaba y el volumen de costura no era suficiente para cubrir los gastos, se iba a una fábrica y pedía un lote de costura para hacer en casa y luego entregar.

Nunca tuvimos lujos, pero tampoco faltó el plato de sopa o potaje, ni el segundo plato, ni la fruta, el cambur o plátano o la papaya o lechosa. Pero el amor lo dio a raudales, claro que era exigente, había que estudiar, y si ya había cumplido con mis deberes, siempre había algún libro que leer, de los de mi padre, como solía decir. 

Lo que más lamento es que no me quisiera enseñar a cortar, coser sí, modestia aparte, puedo hacer casi todo, pero cortar directo a la tela, diseñando o esquematizando las medidas directamente, sin patrones, no. Esa era una de sus cualidades más apreciadas. Cosió hasta los 74 o 76 años, tenía alma de chiquilla, como solía decir, y yo que siempre me he vestido muy clásica, todavía tengo trajes hechos por ella, que lucen como el primer día, y parecieran que son nuevos. 

Eso lo aprendí de ella, a cuidar las cosas, todo no se puede planchar directo con la plancha, a veces hace falta un pañuelo o un trozo de tela humedecido para planchar y darle un aspecto de planchado profesional. E incluso, los pantalones oscuros, con una hoja de periódico y la plancha, quedan con los filos impecables....

Mi madre siempre fue la clase de mujer que te decía las cosas de frente, usaba mucho una frase:
_ No soy escaparate de nadie_ y era cierto.

Tenía muy claras sus prioridades, aunque a veces chocaran con las tuyas, pero se aferraba a sus principios y creencias y no la sacaba nadie de ahí.

Tuvo las manos y uñas más bonitas que he visto en mi vida, pero se fueron llenando de callos, por las tijeras y el dedal, de tanto cortar y coser...

¡Cuántos 24 y 31 de diciembre, lleno de trajes de fiesta que entregar!, y las clientas esperando, otras mandaban a los esposos, los choferes, etc. En ese piso humilde, se mezclaban las clases sociales caraqueñas, desde la inefable Ramona, que era una negrita simpática, que trabajaba en una ¨buena casa¨, hasta la señora encopetada del Caracas Country Club... Todas buscaban a Carmen Nola, para que les hiciera trajes como los de Vogue, Hola, Chanel, etc., y ella era feliz, todas esas clientas la querían, la llenaban de halagos, y hasta hace muy poco años atrás, todavía la llamaban para darle un saludo.

Tuvo un carácter dulce, pero a la vez tenaz, se ponía sus metas y luchaba por ellas. Creía mucho en sí misma, no se amilanaba ante nada ni nadie. Si alguien creó algo, ella lo podía hacer igual o mejor y lo hacía.

Fue una madre cariñosa, entregada, sacrificada, honesta, sincera, responsable y devota. Creía en la gente, porque ella era fiel reflejo de la mujer sana, y conciliadora, de ella aprendí a no pelear, a seguir siendo la novia, aunque tuviera 30 años de casada o más...

A pesar de que mi madre se quedó viuda un 8 de Julio del 1971...Todos los días, sin faltar uno solo, al llegar las tres de la tarde, se levantaba de la mesa de coser, se bañaba, se arreglaba y se pintaba los labios, para que mi padre, cuando llegara del trabajo, la viera siempre linda y dispuesta con su sonrisa, con esos ojos azules maravillosos, llenos de luz y de un infinito amor.

Ahora te has ido, pero lo hiciste a tu manera, sin alboroto, en tu casa, rodeada de tus recuerdos, de cada rincón de esas cuatro paredes, donde fuiste la mujer más feliz del mundo, sin tener lujos ni riquezas... pero eras millonaria en amor, y lo entregaste a raudales.

Te amo madre mía, me has hecho mucha falta en este tramo del camino que he cruzado sin tu presencia, pero ahora que estás en el Cielo, sé que tus oraciones, tus besos y abrazos, seguirán acunando mis sueños.

No te digo adiós, sólo hasta luego, porque allí donde tu estás, el tiempo no se mide con relojes humanos, y por ello, lo que nos parece lejano en el tiempo, se vuelve mañana en un sólo plis plas.

Gracias mami, por todo lo que me enseñaste, aún por los regaños, que también los hubo, pero tenías que moldearme a tu manera de ver y sentir, y yo te doy las gracias por ello.

Siempre en mi alma, mis recuerdos y mi corazón, solo te digo: 

¡ Hasta pronto!!!!


Tu hija

Mireya