A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 24 de junio de 2017

El silencio agradecido del Alma...



A veces, se presentan situaciones en la vida de cada persona, que le hacen sentir, de repente, como si hubieran atravesado por un túnel de auto lavado y hasta el Alma haya sido abatida por los cepillos removedores de sucio de esa máquina ¨aparentemente infernal¨... Después de esta experiencia, la persona se siente como si le hubieran extraído hasta el último signo de vida o la última gota de sangre de su cuerpo emocional, vilmente maltratado o injustamente tratado. La persona, todavía en shock, se pregunta ¿Qué pasó?, en qué momento todo se torció y la luz del sol dejó de llegar a su vida, o por lo menos así se siente.

La mayoría de las personas no saben cómo reaccionar, otras responden con rabia al agresor, aumentando así la intensidad del momento y diciendo cosas que quizás jamás habrían dicho, y se vuelven sin querer, esclavas de lo que han pronunciado; sin embargo, hay otros, que, lejos de gritar improperios, se sienten totalmente abatidos y su alma, queda en silencio, como si de repente, todo por lo que habían luchado y soñado, se esfumara sin ton ni son, y se hubiera quedado vacía, sin esperanzas...

Cuando eso ocurre, o por lo menos es lo que hacen los animales heridos, la persona debe refugiarse en su entorno, en su nicho emocional, y esperar a que el tiempo, que todo lo cura, borre las heridas emocionales, y en la quietud del alma, encuentre el consuelo y la luz que necesita para salir de nuevo, después de algunos días o meses, a enfrentar de nuevo la vida, pero ahora con un nuevo aprendizaje, porque la vida se trata de eso, de aprender, así sea a través del dolor, aunque a veces nos parezca innecesario, e ingrato. Pero los caminos que cada uno transitamos son variopintos, con zonas llanas y paisajes maravillosos, otras con rescoldos, subidas imposibles y hasta sarzas de espinas, pero todo es, a la larga, transitable, mejorable, y constructivo, porque del dolor también se aprende.

Guardar silencio, puede parecer para unos la¨aceptación´, para otros es una aparente señal de cobardía, pero lo que no saben los demás, es que cada alma, tiene su propia manera de subsistir ante el dolor, de superar las horas bajas, de surgir de nuevo como el Ave Fénix...  Transitar ese tiempo difícil, sin cometer locuras o pronunciar palabras que jamás han sentido, requiere de un auto dominio, de una madurez y de un amor hacia el agresor, que pocos conocen, hace falta hacer acopio de los valores emocionales que poseen para Perdonar y empezar el largo proceso del olvido, el más difícil de todos....

Todos hemos escuchado más de una vez que la persona dice Perdonar, pero no olvida, ahí reside el error, pues al dejar la huella de la ¨acción¨, sin borrarla de la mente, en el momento más insospechado, ella volverá a brotar del inconsciente y les hará pasar un mal trago o le harán daño a alguien que en realidad les importa, pero que al no haber sabido perdonar y olvidar el agravio, posiblemente injurien y ataquen sin necesidad, produciendo dolor y desorientación en la persona atacada. Por supuesto, aquel que actúa así, tampoco pide perdón por el agravio, y confía en el tiempo, o simplemente piensa: 

- ¨Le dije lo que pensaba y si le gusta bien y si no que arree, no soy escaparate de nadie y a veces hay que decirle a la gente lo que se merece para que deje de pensar en ¨pajaritos preñados¨...._

Aunque no lo crean, eso me ocurrió a mi más de una vez... La diferencia está, en cuál de los momentos de mi vida me lo dijeron, a veces no les hacía caso, pensaba que eran fruto del momento de la persona, otras en cambio, me llegaron al alma y me sentí humillada y agredida, porque mutilaron lo que más aprecio en la vida: Mi buena fe en la gente. Por tanto, me retiré, hice ¨mutis por el foro¨y me alejé...

Hoy, que soy un adulto, con muchos kilómetros recorridos, he hecho un alto en mi camino, para analizar lo aprendido, y para compartir el hecho simple pero cierto, de que no todo es perfecto, y las relaciones interpersonales, tampoco lo son. Pero si alguien en un momento dado, les ataca, sin motivo, sin razón o con la ¨razón que creen tener¨, no se ofusquen, traten de ver la escena desde otro ángulo, como si ustedes no estuvieran ahí presentes, y de ser posible, no respondan con ira, ni con dolor, sólo traten de respirar, de evitar que el daño se haga irreparable, y cuando puedan retirarse, a su lugar de ¨curación emocional¨, entonces sí, lloren, griten o simplemente dejen correr esa angustia que sienten, pero en el silencio y ausencia del otro u otros. 

Aunque en el momento no lo vean así, el tiempo es un gran compañero y al pasar los días, vendrán a su alma muchas emociones; pero estoy segura que la única que jamás se hará presente será el odio, ese no existe en su mundo, ni debe tener cabida en ella. Vendrá quizás la resignación al reconocer que la persona no ha madurado lo suficiente, o porque el problema planteado tiene otras soluciones posibles, o simplemente que al correr el tiempo, las piezas del rompecabezas, poco a poco van encontrado su sitio y su lugar. Nada es totalmente definitivo en la vida, salvo la muerte, para todo lo demás, el tiempo hará su magia especial y curará las heridas, cicatrizarán y gracias al amor que sentimos hacia los otros, se deslucirán y no dejarán huellas. Sólo que, en el fondo, hemos aprendido una nueva lección, del tipo que sea. 

Siempre se aprende, aunque no sea de la forma ni la manera que nos hubiera gustado. 

También tendremos el apoyo y la seguridad de los amigos, yo tengo la suerte de contar con algunos y cuando creo que ya no puedo más, me dan ese soporte que necesito, o la palabra de aliento que no encontraba, y después de llorar, respiro, levanto la mirada y comienzo de nuevo a caminar, quizás insegura, debilitada, pero lo realmente importante es que entro de nuevo en acción y lucho, por mi, por mis sueños y por los de aquellos a quienes amo,  porque mis sueños no son sólo míos, engloban a aquellos que conforman mi núcleo cercano, aunque ellos no lo sepan, o tengan conciencia de ello. Para mi eso no tiene importancia, sólo que así soy y asi siento.

Buscar refugio ante el dolor no es malo, recrearse en él si, porque es negativo. Pero una vez se sientan fortalecidos o con ganas de vivir, respiren , salgan a caminar y dense de nuevo a ustedes mismos, la oportunidad de resurgir de sus cenizas, como el Ave Fénix, no importa el numero de veces que hayan caído, lo realmente relevante es cuántas veces se han levantado y se han querido lo suficiente para intentarlo de nuevo.

Nadie nace aprendido, la vida es un continuo aprender y reforzar, caer y volver a empezar, respirar y creer de nuevo. No importa las veces que empecemos de nuevo, lo importante es que lo hagamos, que nos creamos con las fuerzas necesarias para intentarlo de nuevo.

Recuerden que el Sol sale cada mañana y nos da la oportunidad de emprender ese día que nos regala, hagámoslo con Amor, con Fe y con Esperanza.

Dios nos bendiga amigos, feliz fin de semana.

Mireya Pérez




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