A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

jueves, 10 de agosto de 2017

Cierra un ciclo... No tengas miedo... La Vida continúa....



Me imagino que a muchos de ustedes les habrá pasado, más de una vez, que al cerrar un ciclo de su vida, bien porque terminaron de laborar en una empresa, porque terminaron una relación amorosa, porque se fueron de la ciudad donde nacieron o simplemente porque se graduaron de la Universidad, les asaltó de repente una pregunta:

_ ¿ Y ahora qué voy a hacer?.... _

No se asusten, nos ha pasado a todos, en lo personal me ocurrió cuando me gradué en el colegio de toda mi vida y luego en la Universidad... De repente me sentí atemorizada, emprendía una nueva etapa sin saberlo o sin apenas tener conciencia plena de ello, y por segundos sentí temor a lo desconocido, después respiré y sonreí... No sería ni la primera, ni la última vez en la que me tendría que enfrentar al cierre de una etapa y al comienzo de la siguiente... Es algo parecido a subir unas escaleras, que a veces tienen más peldaños de los que pensábamos, antes de llegar al descansillo, y de repente, y podemos relajar nuestras piernas que se han extremado por el esfuerzo. Pero conscientes de que aún nos quedan otros peldaños que subir para llegar a nuestro destino.

Lo desconocido nos infunde temor, es algo que llevamos en nuestros genes, que nos hace ser ¨precavidos¨en todos los sentidos, y más acentuado se presenta si en algún momento hemos salido dolidos de la experiencia, cuando hemos pasado por un trago amargo o una lección dura. Se nos hace cuesta arriba volver a confiar o creer de nuevo en algunas personas, bien porque nos recuerdan a alguien del pasado, o porque las circunstancias parecieran una copia calcada de la que ya hemos superado con anterioridad. Es de humanos sentir ese temor, pero también es de humanos el sobreponernos a ello.

Así como cada mañana amanece y luce el Sol e incluso se cuela entre las cortinas de la habitación, y con su aparición nos dice:

_ Anda ¡levántate!  que tienes un día magnífico, nuevo, a estrenar para tí..._

Así también, nos enfrentamos a los pequeños grandes retos del día. Así sea comenzar a hacer esa limpieza profunda de una habitación, que has postergado hasta la saciedad, pero que el ¨alma¨ te dice, que ya es hora... Pues hay que levantarse, hacer nuestras rutinas y abrir esa habitación de los desastres y emprender lo que se ha postergado...

Generalmente cuando enfrentamos ese momento ¨ante el desorden¨... que para algunos es algo así como un ¨desastre¨ jajajajaj, y que en innumerables veces nos ha hecho abrir la puerta, hacer una mirada en paneo y hemos vuelto a cerrar, porque el ánimo no está en ello ese día... 

Pues hoy, sí, hoy lo enfrentamos y empezamos a separar lo útil, de lo que se puede regalar, de lo que ya no queremos y de lo que puede ser reciclado, por nosotros o por terceros, no importa, pero empezamos a ordenar y desalojar cosas que ocupan lugar, pero que ya no usamos, que no hemos visto en años, y de las cuales ni siquiera nos acordábamos, jajajaj. Son lastres emocionales, que nos quitan energía, sin nosotros tener conciencia de ello.

En lo personal, tener una habitación llena de cajas, convirtiendo un espacio útil en un sitio de los trastos, me pone de los nervios, pero no hay otra, no me puedo deshacer de las cajas de los adornos de navidad, ni del árbol de Navidad, y de otras cosas que guardo porque son recuerdos... Pero reconozco que hay que organizar y lo hago a sabiendas de que muy posiblemente en dos o tres meses, entraré y haré un nuevo levantamiento y depuración de los objetos, buscando siempre el ir retirando de mi vida, aquello que sé que no voy a necesitar. Pero consciente de que aquello que no tiene significado para mí, si puede servir o ser ¨un tesoro¨para otros y les daré salida.

Cuando alguien me pregunta sobre:

- ¿ Qué harán sus hijos con sus cosas cuando ya no estén?._  

 Mi respuesta es: 

_ No te preocupes, ellos sabrán qué hacer..._ 

En lo personal, sé que mi hija no va a apreciar nada de lo que a mi me gusta, porque es muy diferente a mi, gracias a Dios. Sin embargo, como soy un ser de costumbres, entre las carpetas que tengo con documentos personales, debidamente señalizadas, para que no se vuelvan locos al buscar algo, está también una especie de ¨Ultimas Voluntades¨, jajajaj.

Me río, porque conociendo a los personajes, quizás agarren todo y boten cosas sin siquiera leer a ver qué tienen, pero si por casualidad leen las instrucciones, les he dejado una guía para saber qué hacer con determinados objetos, en caso de que al llegar mi hora, no haya yo dispuesto de ellos antes, de alguna manera. En fín, eso es porque soy como soy, qué le vamos a hacer!!! jajajajaj.

En más de una ocasión, más por mi edad, que por otros motivos, jajajajaj,  me he enfrentado al reto de los ¨nuevos comienzos¨, al principio pues como cosa natural, me infundían respeto, pero ahora, soy un poco más descarada y me digo:

_ Vale, estamos de nuevo aquí... ¿Quién dijo miedo?  
Arranco de nuevo, no porque me sea fácil, no, en absoluto, sino porque no tengo otra posibilidad... El pasado ya pasó, el mañana no ha llegado, sólo tengo los próximos minutos u horas del día de Hoy, y a él me enfrento. No porque sea valiente, que sí lo he sido, sino porque tengo una responsabilidad muy grande, para conmigo misma, y no puedo desfallecer. Ya habrá momentos para lamentarme, si eso tuviera que hacer, pero ahora sólo puedo dar la cara, respirar y dar un paso detrás de otro, con entereza, con gallardía, con ilusión ¿ Por qué no?...

¿Quién ha dicho que una mujer a mi edad no pueda tener alguna ilusión, aunque no sea de índole amorosa?...

Antiguamente se creía que después de cierta edad la gente ya no tenía propósitos, ni ilusiones, puede que existan personas así, pero yo no, yo tengo sueños, algunos grandes y desafiantes, lo confieso; otros son muy simples, pero lo importante en realidad es que no me paro, que no dejo de tener sueños, de sonreír, de infundir aplomo, aunque algunos crean que soy fría... No lo soy, sólo que ya no lloro y si lo hago, lo hago en la soledad de mi casa o habitación, donde sólo Princesa es testigo mudo de ese momento en el que me ¨doy permiso¨para desahogar alguna tristeza o frustración. Pero después, respiro profundo, seco mis lágrimas, me lavo la cara, miro a mi espejo y me digo:

_ ¡ Vamos allá! _

Por suerte o por desgracia, no lo sé a ciencia cierta, la Vida continúa, cada día nos presenta una nueva oportunidad, un nuevo reto, no es el simple pasar de las horas, no, cada mañana es en realidad el comienzo de algo nuevo, depende sólo de nosotros el qué y el cómo lo utilizamos. Ahí radica la gran diferencia, entre nosotros y los otros. Entre Tú, ese o aquel.

Vamos amigos a darle la cara a la Vida, a enfrentarnos a nuestros miedos y a decirnos que Sí podemos... Hoy es el principio de un nuevo ciclo de nuestras vidas. Y si tenemos miedo, detengámonos a respirar, a sentir ese aire que llega a nuestros pulmones y que nos trae aliento de Vida y a Vivir!!!!.

Dios nos bendiga amigos lectores, gracias infinitas por seguir mis escritos.

Mireya Pérez

www.youtube.com/watch?v=L0Mc3AR2yOM



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